
Es posible
que los niños se rehúsen a leer por una variedad de razones. Al igual que con
cualquier cosa que preferirían no hacer, forzarlos, compararlos con otros niños
y castigarlos no funcionará. ¿Qué hacer? Intenta las ideas a continuación.
Aliéntalos a leer por diversión. A veces los adultos se enfocan tanto en hacer
que sus hijos lean que se olvidan de la diversión. Sin embargo, los niños leen
cuando se divierten.
Elige algo gráfico.
Hay muchas novelas gráficas de alta calidad que atraen a los lectores por medio
de ilustraciones, texto en formato corto e historias fascinantes.
Busca libros
de deportes. Para los niños que prefieren hacer actividades físicas en vez de
leer un libro, considera los libros de equipos o los que están escritos por
atletas.
Deja que sigan
sus intereses. Es posible que a ti no te guste Captain Underpants, pero si eso
es lo que tu hijo quiere leer, deja tu prejuicio a un lado por el bien de él. Encuentra
personajes que reflejen las experiencias de tu hijo. Busca libros con
personajes y situaciones que se asemejen a las experiencias de tu hijo; lo que
sea que ayude a los niños a identificarse con la historia los mantendrán más
interesados. Busca oportunidades de lectura distintas. La lectura es importante
sin importar el formato que tenga: Tarjetas de Pokémon, etiquetas de productos,
recetas. Elige lo tecnológico. Los libros electrónicos y aplicaciones de libros
de cuentos que ofrecen una experiencia multimedia junto con la historia pueden
ser entretenidos y educativos. Úsalos junto con la lectura tradicional.
Selecciona un libro de datos. Gracias a las estadísticas impresionantes,
imágenes increíbles, texto de formato corto y formatos para empezar en
cualquier página, los libros de datos pueden atraer a los niños que prefieren
no leer las historias más largas. Tomen turnos. Después de que tu hijo elija un
libro, tomen turnos para leer una página (o dos). Realiza preguntas durante la
lectura.
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